¿Qué filosofía guía tu música?
Lo que es importante para mí al componer música o grabar es ser tan emocional como sea posible y exponer la verdad de lo que sea que esté haciendo. Es un caso de pelar una capa tras otra, cambiando de piel varias veces. Cuando llego al final de un proyecto, tengo que revisarlo y determinar qué es lo verdadero. A veces eso quiere decir que tengo que romper con todo lo que acabo de crear, pero eso forma parte de la tremenda alegría del proceso porque hay una revelación constante.

¿Cuál fue la inspiración detrás de tu álbum más reciente, Bird Burning?
En la época en que estaba haciendo este disco, mi abuela falleció, así que me dediqué a explorar el lugar donde había nacido en el norte de Noruega. Fue un pequeño peregrinaje para reconectar con ella y descubrir parte del misterio familiar en el camino. Mientras estaba allí, pasé algo de tiempo inmersa en la cultura del pueblo Sami, los nativos del norte de Escandinavia que todavía tienen la tradición del canto "yoik" – cantar en un trance para crear una suerte de hechizo. Suena como de otro mundo, muy extraño – quizás se parezca al canto "yodel", ¡pero sin el humor! Tiene una cualidad espeluznante y hermosa.

“Pasé algo de tiempo inmersa en la cultura del pueblo Sami, los nativos del norte de Escandinavia que todavía tienen la tradición del canto "yoik" – cantar en un trance para crear una suerte de hechizo. Tiene una cualidad espeluznante y hermosa” – Sasha Siem

La filosofía del "yoik" capturó mi imaginación porque se usaba como ritual para invocar a los ancestros del pasado, resucitando a los muertos y trayendo lo ausente hacia el presente. Creen que el espíritu de la persona, el animal o el lugar al que le cantan se hace presente. Cada valle tiene su propio yoik. Así que, si estás lejos de casa y extrañas un valle o una montaña en particular, puedes cantar un "yoik" para acercar a esa montaña. Es algo muy poético y único. Me preguntó cómo sería el "yoik" de Nueva York....

Grabaste el LP en Islandia con uno de los colaboradores de Björk. ¿Te sientes relacionada con el trabajo de Björk más allá de la música, como su arte visual extravagante y experimental?
¡Adoro ese aspecto de su trabajo! Suena loco, pero si tuviera que elegir, jamás respondo a eso más que a la música en sí misma. Creo que su osadía al crear estos mundos únicos para que la gente ingrese en ellos es lo que más me inspira como artista, más que el sonido. Me gusta la moda y el maquillaje usado para crear estos portales hacia otras dimensiones.

Desde Islandia y Noruega, ¿por qué elegiste a Brooklyn como tu nuevo escenario inspirador?
Creo que me llamaba. Quizás estaba reaccionando ante lo que tenía: la vastedad y el espacio abierto de Islandia, la profunda calma del lugar... ¡todo lo contrario lo encuentras en Nueva York! Algo que me gusta mucho (y que no me esperaba) es el movimiento de la vida consciente – hallar la magia en lo mundano. Mucha gente, aquí en Brooklyn, está dedicada a la creatividad de vivir momento a momento, una riqueza real en las elecciones simples de la vida, como el entorno donde uno vive y cómo uno se alimenta e interactúa y socializa. La vida y vivir se convierten en arte.

¿Qué sentiste al escuchar que tus canciones eran interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Londres y la Filarmónica de Londres?
Fue verdaderamente increíble. Sucedió tan rápido; pasé de ser una estudiante a estar trabajando de repente con estas orquestas increíbles a las que escuchaba cuando era niña, fue fabuloso. No fue fácil, porque son orquestas fantásticas repletas de gente talentosa que tenía muchas opiniones. Te prueban; se aseguran de que en verdad sabes de qué estás hablando. Tienes que aprobar varias pruebas antes de que te respeten y se dediquen a la música que compusiste. ¡Fue como un campamento de entrenamiento para la vida!

En tu trabajo, te ves naturalmente segura, feliz y libre para crear. ¿Siempre supiste que tenías un talento para la música?
Creo que supe cuál era mi pasión cuando tenía 11 años. Y el recorrido no siempre fue fácil. Hubo momentos en los que me sentí exhausta. Hubo pruebas de convicción. Pero la pasión sigue allí, en su forma más pura. Y creo que todos tienen una vocación, la cual quizás no sea tan obvia como, vas a componer música o vas a cantar,pero está allí. Creo que solo hace falta tiempo para ser honestos con uno mismo, acerca de lo que amamos y lo que nos da alegría – e intentarlo.